El otro día, estando en la cima del ...
El otro día, estando en la cima del Teide, el monte más alto de España, en la isla de Tenerife, me estaba comiento un suculento bocata de chorizo del bierzo tan a gusto, cuando por mi ansioso apetito se me olvidó respirar entre bocado y bocado, e irremisiblemente me invadió una tos aguda que provocó que parte de mi adorado bocata cayera al suelo, y contemplé cómo varias rodajas de ese querido y placentero embutido rojo comenzaran a rodar ladera abajo ante mi estupefacción y desesperación.
Triste y cabizbajo, ya a las puertas del hotel en Santa Cruz, cuando me disponía a entrar, vino rodando ante mi una especie de moneda extraña que acabó por detenerse ante mis pies.
No pude contener las lágrimas al comprobar que era una de las rodajas de mi bocata de chorizo del bierzo que valiente y decidida había sobrevivido a su descenso por el valle de la Orotava desde el gigante Teide hasta mis pies.
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