Esta playa se encuentra en la ría de O Vicedo, entre las playas de Fomento y Caolín, separada del puerto pesquero por un dique de piedra. No hay aparcamiento, así que lo mejor es aparcar en el puerto; el acceso se realiza a través de un sendero totalmente acondicionado aunque bastante resbaladizo. Tiene un problema: Parte del último tramo son escaleras, que quedan cubiertas por el agua cuando está la marea alta.
Es verdaderamente sorprendente encontrarse aquí con las maravillas que la naturaleza, con la fuerza de las olas del mar, va dejando al descubierto en las pequeñas cuevas o profundas grietas de las rocas que encierran su tranquila playa. El día era nublado y frío y caminar por ella una aventura de descubrimientos y quedar completamente mojada pero eso no me detuvo. Introduje mi cámara en cada una de las pequeñas grutas, cuevas y grietas donde se pueden ver rocas graníticas, con mica, cuarzo y feldespato, algunas verde muy oscuro, otras rojizas y brillantes, moradas, rosadas o blancas y también metalizadas, amarillas, distintos tonos de verde, pardas o casi negras. Mezcladas o mimetizadas con ellas, rocas cubiertas de un musgo verde brillante, helechos pequeños y grandes, raíces de árboles, caídas de agua y arena impecablemente blanca. Grietas profundas y angostas atravesando las rocas de un lado a otro de la playa como diciendo “aquí estoy soy esa falla geológica milenaria que te permite disfrutarme”.
Es una pena que esta playa no se recupere paa el uso publico ya que tiene buen acceso y es preciosa, simplemente con un par de detalles quedaria totalmente acondicionada. Queda en pleno centro del pueblo.
