Isabel Morales Garrido
Motril, cantera de costaleros
Aún con el recuerdo cercano de la Semana Santa, la Cofradía de la Oración de Nuestro Señor en el Huerto de Los Olivos y María Santísima de la Victoria quiso rendir un homenaje en el día de la Cruz a los más pequeños, haciéndoles partícipes de una procesión a su medida que recorrió las céntricas calles de la ciudad.
A las doce del mediodía un buen número de chiquillos de edades comprendidas entre los 4 a los 15 años se congregaban en las puertas de la casa de hermandad que esta cofradía tiene en la calle del Camino de Las Cañas para, por unas horas, sentirse más mayores y participar en la Estación de Penitencia.
Con unos tronos preparados para la ocasión, abrieron el cortejo unos niños con unas pequeñas cruces de madera en la mano, al son de un único tambor. Después iban dos tronos del Cristo y el palio de la Virgen, todos ellos en tamaño reducido para que los chiquillos pudieran portarlos.
Los padres de los pequeños acompañaban a sus hijos marcándoles el recorrido. Los jóvenes costaleros cambiaban los papeles: uno ahora era el capataz y pedía sus compañeros que levantaran el trono, luego éste era costalero y otros entraban debajo. Y no faltaron los lógicos lloros (sin mayor importancia) de los que en el juego querían interpretar otro papel.
En la Plaza de España se mezclaron con las familias que disfrutaban del día de la Cruz, y ya a estas alturas los pequeños empezaban a dar síntomas de cansancio, por lo que tuvieron que recibir un “pequeño empujón” por parte de sus familiares para completar su recorrido en un día especial para ellos y muy difícil de olvidar.
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