El potrillo de casi 500 años
Famosa ya en tiempos de Cervantes, que la menciona en el Quijote, tuvo una fama e importancia sin iguales en los siglos XVI y XVII, cuando en su explanada se congregaban gentes de rompe y rasga, tipos que vivían al filo de la aventura, mercaderes de fino olfato para el negocio y españoles sin fortuna a la espera de ser contratados en cualquier clase de trabajo.
No resulta difícil imaginarla llena de gente, amplia y espaciosa que es, rodeada de edificios rancios y fuertes, armoniosa y entrañablemente cordial.
A un lado la "Posada del Potro", en el centro la fuente que se levanta desde el siglo XVI, coronada por un rampante potrillo, y al otro lado el antiguo Hospital de la Caridad. con la entrada a los Museos Provinciales de Bellas Artes y al Julio Romero de Torres. Juntos forman un elegante conjunto, quizá de los que mayor sabor medieval conservan en España, y que además recientemente han "sufrido" como todo el casco antiguo de Córdoba una limpieza y restauración demasiado radical en muchos casos.
Lo bueno del lugar, es que no está en el centro de las visitas turísticas, es decir, obviamente, la Mezquita, sino que hay que moverse un poco para llegar hasta ella, con lo que no es infrecuente verla totalmente vacía. Una suerte.