El corazón de la Manchester catalana
Como en muchas otras ciudades catalanas, la poderosa y potente industrialización de finales del siglo XIX y principios del XX trajo un caudal de ganancias e inversiones hasta ese momento nunca vistas en Sabadell. Los ahora omnipotente empresarios de la ciudad repartían su tiempo entre luchar contra la infinidad de conflictos obreros y levantar nuevos edificios que dieran más lustre a su familia y engrandecieran el nombre de su urbe.
Por eso decidieron renovar lo que en su día fue la Plaza Mayor, amurallada y núcleo de la Sabadell medieval, para convertirla en un elegante paseo, al estilo de los que ya embellecían ciudades como Barcelona o el siempre espejo de París. Y la verdad es que lo consiguieron, ya que el amplísimo espacio que consiguieron tras derribar las antiguas casas y edificios que amenazaban ruina en 1946, bien puede compararse a esos grandes bulevares (en versión un poco más modesta) de los que pretendía ser reflejo.