Kris por el mundo
El zoco del monasterio
Este monasterio debía ser un lugar bastante peculiar, y aunque era de clausura no por ello parece que se pasaran el día rezando. Los domingos por ejemplo acudían a la plaza Zocodover con su artesanías, para allí hacer intercambios, quizás de jabones por alimentos horneados. Sin duda, esos domingos la plaza del Monasterio de Santa Catalina debía ser un lugar animado en el que además de mostrar productos hechos por ellas seguro que también intercambiaban cotilleos de los más variopintos.