La Posada Dos Orillas fue el...
La Posada Dos Orillas fue el alojamiento que reservé para dos noches que pasé en Trujillo. Realmente fueron 2 días inolvidables donde el alojamiento fue una grandísima sorpresa.
A primera vista, en la recepción me gustó mucho la decoración antigua y la atención que nos dieron, nos acompañaron muy respetuosamente a la habitación y nos tocó la mas amplia del complejo, donde todas tenían el nombre de Trujillo pero con las ciudades correspondientes a otros países.
Lo que no me esperaba, era la cama con dosel, la decoración con tanto lujo y detalle, la gran limpieza, los puntos de luz indirecta que daba una estabilidad y relajación que no puedes encontrar en muchos alojamientos. Además, las vistas de la iglesia eran espectaculares.
Para los que desean comer, lo pueden hacer también en hotel y además, la cocina es excelente, muy sabrosa y económica. Recuerdo muy bien el secreto y el sorbete de mandarina que tomé de postre.
Además, su situación es excelente, a apenas 300 metros de la plaza de mayor, donde está la oficina de turismo y desde donde puedes emprender una visita guiada por la ciudad.
Hace tiempo que no estaba en un hotel así, además, la calidad precio es buenísima, muy recomendable, y como le digo, pocos sitios en Trujillo serán como este. Yo digo que este es un alojamiento de los que volvería, que si uno se pone a pensar, luego tampoco guarda muy buen recuerdo de muchos.
Lo que me gusta especialmente es el baño con un estilo rústico, caliente y con unos colores que relajaban. El único pero es que o aparcas en la puerta con mucho cuidado o el coche lo tienes que dejar bastante lejos.
Desde hacía tiempo que mi experiencia en un hotel no era tan satisfactoria.