José Luis Figueras
Oasis de río
Por una antigua carretera, de las de antes, con cientos de curvas, desde la falda norte del Monrepos, se llega al mágico kilómetro 10. Allí el río Guarga, aparentemente débil de agua, guarda un oasis de río.
Una poza para intrépidos, de aguas frías y transparentes.
Invita al baño. A un baño privado, custodiado por grandes árboles y una roca digna de la Sierra de Guara.
Yo me atreví, y mis hijos también. Y saltamos, saltamos muchas veces desde la roca, al agua fría, de verdes transparentes
Y por un rato fue nuestro oasis de río.