Sólo para recomendar a un enemigo y ni siquiera así!!!
Ese día que había salido del hotel bajo un sol abrazador y tomé el ómnibus de paseo que hace el recorrido por la ciudad y sus alrededores, nunca pensé que el lugar para comer resultara ser esto. Habiendo regresado del paseo en las lanchas que hacen el recorrido por el río Tajo, bajo los puentes y admirado las laderas con sus casitas casi colgando de las pendientes, pregunté a una de las señoritas que atendía la Oficina de los Tours por el río qué lugar me recomendaría para comer dado que todos los restaurantes que por allí había estaban llenos de gente. Me indicó el camino para llegar hasta allí, pasé por debajo de la arcada de piedra que conducía al lugar y viendo lo que veía preferí quedarme fuera bajo una sombrilla y pedir lo más simple que pudiese comer.
