Empezar cada vez y de recuperar lo perdido a pesar de los pesares.
Construido a mediados del siglo XVI por el Escultor y Arquitecto Bartolomeo Ammannati con la colaboración de Miguel Ángel, este puente sobre el río Arno engaña la vista con su aparente fragilidad y ligereza, que lo destaca entre el renombrado Puente Viejo y el Puente Carraia. Este puente de elíptico arco de piedra muestra unas vistas espectaculares digna de los mejores pintores del renacimiento italiano y con las que uno podría hacer unos magníficos e irrepetibles cuadros ya que cada hora y cada momento del día y el año nos los muestra diferente y mágico. Originariamente realizado en madera por encargo de la familia Frescobaldi en el siglo XIII se desmorono tres veces la primera durante un espectáculo, la segunda y la tercera ya reconstruido en piedra en los siglos XIII y XIV producto de una fuerte creciente del río Arno.