Puerto de Assuan

La experiencia vivida aquí, en este lugar ha sido perfecta. Una ciudad que para ser del norte de África, esta muy bien ordenada y lo que es mas importante, muy o bastante limpia, en lo que se refiere a la zona turística. Las gentes son maravillosas, amables, cordiales, serviciales y tienen buen sentido del humor. Los atardeceres son algo mágicos en esta zona, ya que te sientes transportado siglos atrás y mas si tienes la oportunidad de poder pasear en Faluca, algo que nadie se devería perder en este lugar. Por las noches el paseo y el centro con sus alrededores, se llena de gente hasta muy tarde, con largos paseos y las terrazas muy concurridas. Y desde aquí, se tiene la posibilidad de infinidad de poder hacer excursiones a distintos lugares como por eje. Abu Siimbel, el obelisco inacabado, la isla de elefantina, la isla de Philae y un largo etc. Desde aquí quisiera animar a todo el mundo en visitar este maravilloso lugar, no se arrepentirá.

Para poder entrar en Sudán desde Egipto sólo hay una forma, a través del mar. Sudán es un país algo complicado y la entrada no es muy sencilla, hay que presentar multitud de documentos que llevan bastantes días. En el momento en el que ya están todos los papeles en regla hay que ir hasta el puerto de Assuán para coger el barco que nos lleva a Sudán.
Cuando llegué al puerto de Assuán me quedé totalmente alucinada, ya que jamás había visto tanta gente y tantas mercancías de todo tipo juntas en un puerto esperando además a un sólo barco y no excesivamente grande. El problema es que Sudán es un país que no produce nada y por lo tanto todos los productos vienen de fuera, así que en cada barco que sale desde Egipto se envían miles y miles de productos. La consecuencia es que estos barcos van completamente llenos, más que llenos desbordados, de productos de todo tipo. No cabe ni un alma ni en el puerto ni posteriormente en el barco. Es espectacular, es una de esas imágenes que se te quedan grabadas en la mente para toda la vida.