Yasmín Quílez
Las tardes de verano, cuando caía el ...
Las tardes de verano, cuando caía el sol y se podía salir con más tranquilidad, quedaba con un amigo para ir a tocar al puerto. Él llevaba su guitarra, yo mi voz. La gente pasaba y se paraba a escucharnos y yo, la mayoría de las veces, no me percataba de las presencias de estos. Tocábamos hasta que se hacia de noche y apenas distinguíamos nada salvo las luces de la ciudad, que se hacían uno con el mar.
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