jesus perez canton
Atardecer dorado
Rodas es una isla fantástica, mágica, hecha de piedra y fuego. Cálida como su gente y como su clima, con unos atardeceres espectaculares y con una impronta griega muy acentuada. Pocas cosas mejores que terminar el día paseando por su puerto, Mandraki, desde donde se tiene una vista fantástica de las murallas de la ciudad y se puede tener un pálpito cercano del bullicio dentro de la misma, mientras los ojos y el corazón se empapan de la dulce mezcla de los tonos dorados y violetas de su atardecer.