Puerto de Peñiscola

A un costado de la zona de playas y debajo del imponente castillo y de sus murallas se encuentra este pequeño puerto que aún guarda algo de esos antiguos pueblos pescadores. Entre sus barcos oxidados y las redes se sigue respirando un encanto especial que las gaviotas parece que aún saben reconocer con sus especial instinto para pararse en el lugar adecuado y regalarte una instantánea especial.

Lo que más me gustó de esta zona es el paseo que se puede hacer en su pantalán, llegando hasta el final del todo tras un corto paseo donde una plataforma que parece una lengua ganada al Mediterráneo

El puerto de Peñíscola está lleno de vida, las gaviotas se lanzan a coger pescados entre los barcos atracados en el muele mientras los pescadores cargan y descargan cajas de sus botes junto a la lonja.

Merece la pena dejarse caer por aquí y dar una vuelta, además, el paseo frente al puerto tiene algunas terrazas para tomar algo por si precisamos de un refrigerio.

El puerto de Peñíscola, está situado en uno de los más atractivos enclaves de la Costa Azahar y la Sierra de Irta, ubicado en la cara sur de la península que forma el precioso casco antiguo de la ciudad, el Puerto de Peñíscola ofrece un abrigo perfecto, a los pies del castillo que sirvió de refugio al Papa Luna.

Es una ciudad maravillosa donde hace años que veraneo con mi familia. Su casco antiguo es una pasada, lleno de callejuelas estrechas, y lleno de restaurantes y bares con encanto. Una ciudad cien por cien recomendable.

Un sitio muy especial, cuidado, en el puerto de dar de comer a los animales, son salvajes los gatos.