Sara Vázquez Fariña
Mantas-Raya, barreras de coral e imágenes imborrables
Si se busca conocer una isla paradisíaca en la que todavía los hoteles o el turismo de masas no han hecho destrozos, el archipiélago de Derawan es, sin género de duda, uno de esos lugares para hacerlo.
El viajero se tropezará con la vida diaria de un pueblo que hasta hace poco no tenía electricidad casi sin darse cuenta. Pescadores y tenderos, niños camino del colegio, gallinas y patos son la principal compañía en esta isla en la que el tiempo va a su ritmo particular. Esta actividad no rompe, sin embargo, el que es el leit motiv del día a día en Derawan: la tranquilidad, el mar y el cielo eternamente azul.
Hay muchas actividades disponibles para quien no disfrute solo con ver atardeceres. La principal es, como no podría ser de otro modo, el submarinismo. Existen varias escuelas pero la más importante y profesional es, probablemente, la que pertenece al Derawan Dive Resort.
No hace falta, sin embargo, sumergirse decenas de metros para disfrutar de la vida marina en Derawan: el buceo con tubo es excepcionalmente satisfactorio y permitirá al viajero vivir, al menos, tres experiencias irrepetibles:
a. nadar con medusas en el lago interior de una pequeña isla llamada Kakaban. No hay que alarmarse: debido a que no tienen depredadores naturales, estas medusas no pican. En cualquier caso, sumergirse en el agua en un entorno tan impresionante ya habrá hecho que la visita merezca la pena
b. flotar sobre un arrecife de coral perfectamente conservado y que es la casa de miles de peces de colores que nadan solos y en bancos, paseando al lado del buceador con tubo como si fuera parte de ellos. Nemo, Dori y todos sus amigos viven aquí, en este paraíso. Habrás visto muchos arrecifes, pero probablemente pocos como éste
c. nadar con las mantas-raya, uno de los animales más grandes del océano y, sin embargo, más inofensivos, se convertirá en una imagen imborrable en tu retina. Si consigues quedarte quieto, incluso nadarán a tu alrededor de ese modo tan elegante entre pájaro y pez que las caracteriza. Una locura irrepetible
Ya por la tarde-noche, cansado de tanta actividad marina, el viajero puede seguir disfrutando, y mucho, de la vida en Derawan. Ver el atardecer, saltar con los lugareños desde alguno de los muchos embarcaderos de la isla o cenar satays a la brasa en la calle principal del pequeño pueblo son, solo, algunas buenas sugerencias.
Si quieres ser muy feliz, visita Derawan.
Cómo llegar:
1º Debe cogerse un avión hasta Balikpapan (hay vuelos diarios desde Jakarta)
2º Debe cogerse otro vuelo desde Balikpapan a Berau (el bus tarda 20 horas así que no es recomendable salvo que se disponga de mucho tiempo)
3º En Berau existe la posibilidad coger una lancha rápida hasta Derawan (3 horas) o un todoterreno hasta Tanjug Batu (2 horas). Si se elige esta última opción, en Tanjung Batu deberás coger una lancha rápida que te dejará en la isla en 45 minutos
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