Refugio El Pilar

Casi sin querer, aprovechando la visita que hicimos al Acropark, nos adentramos en el Mirador del Pilar. Y menos mal. El atardecer que pudimos contemplar fue maravilloso.
La verdad es que algo que no puedes dejar de hacer si te escapas a La Palma es subirte a alguno de los muchos miradores que hay y disfrutar de sus atardeceres. Son mágicos. Y cuanto más alto, más chulos.

Nosotros, aprovechando que se acercaba la hora buena de la luz, nos fuimos en busca de un sitio en el que poder pasar unas últimas horas del día en algún punto estratégico. Y, como decía, sin querer, llegamos hasta el Mirador del Pilar. Bueno, realmente, hasta unos metritos antes.