Refugio Ulldeter

Me encontraba pasando el fin de semana en el refugio de montaña Ulldeter, situado en Setcases, cerca de Camprodon, a 2.221 metros de altura, al que suelo ir desde que soy pequeña.
Habíamos terminado de cenar, sobre las nueve de la noche, cuando al mirar por la ventana del refugio vimos una preciosa luna llena que iluminaba mágicamente el bosque.
Enseguida salí al bosque con la cámara y el trípode e hice fotografías del lugar con una exposición larga para intentar captar la belleza de un bosque iluminado tan sólo por la luna llena. Fue un espectáculo maravilloso para los ojos, en un precioso rincón de un bosque de ensueño.

El de Ulldeter es uno de los refugios con más historia del Pirineo. Apenas a 15 minutos de donde aparcamos los coches, da acceso a algunas cumbres espectaculares, como el Bastiments o el Gra y el Petit de Fajol. 100% recomendables todas ellas y a unas 3-4 horas de excursión desde el refugio.

El refugio está guardado por personal muy amable. Las instalaciones, aunque antiguas, están bien cuidadas. Las camas limpias y cómodas, con mantas de sobra para el frío. Los baños sencillos pero también bien cuidados.

El comedor común es una de sus mejores atracciones, con su chimenea y sus bancos corridos para disfrutar de anécdotas e historias. Tienen una gran colección de lectura de viajes y montaña y también juegos de mesa variados, para grandes y pequeños.

No es la primera vez que llegamos a este refugio y nos reciben de malas maneras, o que escucho comentarios de otros alpinistas que tienen quejas similares del mismo lugar.
Traspasar la primera puerta con crampones, una tarde que llegamos con una ventisca que no se veía ni a un metro, muertos de frío, debe ser una falta tan grave que el guarda del refugio se cree con el derecho de hablarte a voces y con muy malas maneras sacarte del lugar.
¿Nos equivocamos? ¡Si! Pero no son las maneras ni las formas adecuadas para hablar a las personas.

Como lo creo siempre, te dediques a lo que te dediques, si estás quemado de tu trabajo y ya no te ilusiona, da un paso al costado. La gente no tiene porque comerse tu mal humor.