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Reserva de Periyar

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Horario
Lunes
6:00 - 15:00
Martes
6:00 - 15:00
Miércoles
6:00 - 15:00
Jueves
6:00 - 15:00
Viernes
6:00 - 15:00
Sábado
6:00 - 15:00
Domingo
6:00 - 15:00

1 opinión sobre Reserva de Periyar

buscando a los elefantes...

La Reserva de Periyar está en Kerala, uno de los estados de la India del Sur que más me sorprendió, quizá porque no tenía ninguna idea preconcebida... En sus colinas se cultiva té y especias. De hecho, alrededor de Thekkady (Periyar) hay "jardines de especias" que se pueden visitar por un módico precio, y te muestran y explican las especias que allí crecen. Pimienta, cardamomo, etc., etc.
A unos kilómetros está la reserva de Periyar. Ocupa una extensión de 777 kilómetros cuadrados, y allí habitan tigres, leopardos, elefantes, monos, búfalos, etc.
Contratamos un rickshaw (motocarro) en Periyar y quedamos con él antes del amanecer. El conductor vino con su familia, ya que era un rickshaw grande y nosotros sólo éramos 3, era día festivo y aprovechaba para hacer una excursión con su mujer y su hermana, y sus peques. Gente encantadora, no nos importó! Las mujeres acabaron pintándonos de khol los ojos, desayunamos a la entrada de una plantación de té, antes de llegar a la reserva, y examinamos unas huellas recientes de elefante al poco de adentrarnos en la misma, cuando paramos en un templo al aire libre para que hicieran sus ofrendas... Aquello prometía!!

A lo que íbamos... Una vez allí, hay varias opciones de trekking con guia. Escogimos la de 2,5 horas, y se trataba de andar por la jungla en busca de monos, búfalos y quién sabe, quizás un tigre (casi ciencia ficción... No se acercan a los humanos). Tuvimos bastante mala suerte, sólo pudimos ver un mono entre los árboles, y los traseros de un búfalo huyendo, entre los árboles, en cuanto nos olió... Eso sí, pasamos sudores con las sanguijuelas!!! Las hay a miles y de hecho para el trekking nos dieron una especie de botas de tela gruesa que te llegan a la rodilla y hay que ponerse encima de tus calectines, para que no se metan por dentro y no suban por la pierna. El chico que nos guiaba, que por cierto iba con unas chancletas y los pantalones arremangados, llevaba una bolsa de sal gorda que casi constantemente nos ponía en las botas, y también para quitarnos las que conseguían llegar a un trozo de carne... Impresionante y muy difícil estar en silencio con semejante invasión, ja, ja.

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Información Reserva de Periyar