Experiencia imprescindible (no apta para miedosos)
Aunque nuestra llegada fue azarosa (no teníamos nada reservado, y en el pequeño aeropuerto de Ciudad Puerto Maldonado no había quías ni turoperadores, en contra de lo habitual), acabamos remontando el Río Tambopata, afluente del Madre de Dios, durante más de tres horas en lancha, para llegar a Posada Amazonas. Alejado de los típicos lodges más lujosos que tampoco queríamos, Posada Amazonas es un alojamiento rústico para no más de 30 personas en cabañas de materiales de la zona, que destaca por su infraestructura ecológica: el alumbrado es con velas (por lo que hay que extremar el cuidado de su uso en un entorno en donde todo es de madera) y se autoabastece del agua de lluvia y tratamiento de residuos, por lo que su impacto medioambiental es mínimo. Además, tuvimos la suerte de ser las únicas visitantes.