Desastre
Llamé para reservar mesa para un domingo, para cuatro personas y dos perros, dando por supuesto mi nombre y mi número de teléfono. Después de una hora de viaje para llegar allí, encontramos una recepción llena de gente, un caos absoluto y nadie que pudiera atenderme para comunicar que habíamos llegado.
Tras esperar un buen rato, pude hablar con una mujer, aparentemente la encargada, y me encuentro con la sorpresa de que mi reserva no estaba apuntada. De muy malas maneras, y sin ningún atisbo de educación, la mujer me contesta que en realidad reservé para el día anterior y que la mesa se quedó "cogiendo polvo" porque no acudimos.
Obviamente le dije que no podía ser (porque además llamé el día anterior a las 14:15 y reservé para el día siguiente a las 14:30 horas). Ella insiste y me dice que no comuniqué ningún número de teléfono ni nada, cosa que no es cierta, sobre todo si se reserva en un local de este tipo.
Dadas las circunstancias y que me encontraba ya en el restaurante con mi familia y los perros después de un camino tan largo, le pregunté si me podría ofrecer alguna solución, porque pude observar cómo había mesas libres en la terraza, a lo que me contesta que no, que aquel día no comeríamos allí.
Dada la falta de educación y de organización, entre otras cosas, no recomiendo este lugar en absoluto.