Alejados del mundanal ruido.
Esta casa de comidas con empaque de restaurante rural propone una cocina en la que conviven las especialidades tradicionales y las de corte clásico. Desde los gazpachos propios de esta tierra casi manchega o las alubias con perdiz hasta un civet de ciervo con marchamo gourmet.
La caza mayor y menor está entre los principales atractivos de su oferta turística y también de sus platos, aunque no faltan entre ellos buenas carnes de vacuno o de cabrito e incluso, para quien los busque por esas latitudes, pescados y mariscos la mar de correctos.
La tarta de naranja y queso o el sorbete de mandarina son un refrescante final para una comida necesariamente rústica y calórica.