Restaurante Antóniu´s

Un trato, un servicio una comida y un precio 10

En el puerto había varias pequeñas cantinas frecuentadas por pescadores y junto a estas, una puerta con el cartel de Antonius´s, inmediatamente nos dimos cuenta que esa era la puerta de atrás, así que dimos la vuelta a la calle y entramos por la puerta principal, el ambiente era mucho más cuidado, pero todavía no estábamos seguros de que ese sitio mereciera la pena, la entrada es algo oscura, un pequeño pasillo, en el que hay una barra de bar, a la izquierda un minúsculo comedor...., pues vaya chasco, inmediatamente observamos que se trataba de un comedor privado, ya que el maitre nos invitó a seguirle y nos condujo hasta un comedor un poco más grande, donde había unas 15 mesas, todas superbien montadas..., el comedor era superacogedor, no le faltaba detalle, decorado con motivos marineros.

El ambiente era tranquilo, con música suave, la clientela era íntegramente portuguesa: Formada por familias, y también algunos ejecutivos de las fábricas de conserva aledañas. Nos fijábamos sin decoro en las viandas de nuestros compañeros de mesas contiguas para decidir qué pedir cuando nos llegara el turno, pero la cuestión era difícil..., tanto la carne como el pescado, tenían un pinta exquisita.... Al final pedimos cada uno un plato diferente que terminamos compartiendo, que es lo que solemos hacer cuando vamos a un sitio nuevo. De primero no pedimos nada, ya que no hace falta, porque como en Portugal las raciones son tan copiosas y siempre llevan guarniciones completas: Patatas, ensalada y arroz, acompañando el plato principal, por lo que no es necesario pedir nada más que un plato y el postre si aún te queda hueco en el estómago. Pedimos dorada a la espalda, deliciosa en su punto, a la parrilla con ajitos.... Lubina a la sal, superjugosa..... Y medallones de porco preto o sea de cerdo ibérico, sencillamente deliciosos, aderezados con una buenísima salsa de champiñón y oporto. Los postres no eran nada excepcional, por lo menos los que nosotros probamos: Surtido de tartas, flan y helado, aunque el para el precio que tenían el más barato de la carta un euro y el más caro 3 euros, estaban bastante bien. El tema de las bebidas también perfecto, la cerveza superfria, que en verano es lo que apetece. Lo único que nos pareció, caro, por supuesto teniendo en cuenta el resto de los precios, fue el pan nos cobraron 1.50 € por un cestillo con tres panecillos, pagamos con gusto los 45 euros que nos cobraron, porque era la primera vez en 9 días que no nos sentimos ni decepcionados ni engañados.