Restaurante Asador Erri-Berri

El restaurante Eri-Berri ocupa una antigua casona medieval situada en el casco histórico de la localidad, a escasos metros del fastuoso Palacio real.

Su emplazamiento y la rusticidad y tipismo del edificio, así como el olor a brasas y leña que emana de sus fogones, ejercen de auténticos imanes arrastrando sin remisión al transeúnte que incauto accede curioso a fisgar en su interior y sin darse cuenta acaba sentando a la mesa de uno de los dos coquetos comedores que posee el establecimiento degustando un enorme chuletón de buey a la brasa.

La especialidad de este asador tradicional son los pescados y carnes a la brasa, ambos de aceptable calidad. Como complemento disponen de una carta en la que encontraremos productos de la tierra siempre de primera calidad.

En pleno centro de Olite encontramos este asador que ofrece unas carnes exquisitas. Ofrecen tanto carta como menú del día, a 16.50€ + IVA, además de otro menú especial con tres platos por 26.50€ + IVA.

Pude degustar el menú normal, y si en éste los platos eran muy abundantes y bien preparados, no me quiero imaginar como será el especial. Habrá que hacer ayuno antes de ir al restaurante.
La ensalada de setas y gambas es muy fresca y sabrosa, y el chuletón de buey es algo espectacular, con unas de las mejores carnes que he probado preparadas al punto justo.

Un lugar muy bueno

HORRIBLE, una TIMADA: Corrientes, todo el rato, al lado de la puerta y de la barra del bar... 16 euros por persona por un menú compartido entre dos, y era el ÚNICO que había para comer: dos cogollos de Tudela, o sea uno por persona, después una fuente para dos, con menestra de verduras (que yo ni probé de la mala pinta que tenía), luego otra fuente a repartir también con alubias blancas (éstas no estaban malas) y por último otra fuente a repartir también con un puñado de patatas fritas recalentadas, 2 trozos pequeños de pollo, otros dos trozos de conejo seco incomible, 2 piezas de costilla, carne dura como la piedra, y 2 chuletillas de cordero, sin carne apenas, y un trozo chorizo, de postre a elegir: arroz con leche, cuajada, fruta (mandarinas o manzanas) o helado de cucurucho.

Un restaurante muy bonito y un trato cordial, pero los precios y la calidad de la comida deja que desear, mi compañera pidió solomillo con roquefort y lo único que se podía saborear era el roquefort (fuerte para nuestro gusto) ya que la carne era insípida, en mi caso pedí entrecot a la brasa y la carne, insípida, también.

Ponemos 2 estrellas en relación al precio, si sería más barato aún se le podrían dar 3.

La comida es genial, pero se respira un aire de descontrol que es demaSié, aun así, recomendable para comer por que esta muy bueno

Recomendable tienes menú y a carta, precio bastante bien.