Restaurante Calipso

Llegar a este espectacular lugar puede resultar complicado, una vez en el faro de Cullera, hay que tomar un desvío que sube hacia la montaña y El Volcán, muy cerca, arriba del todo, está este restaurante que construyeron como un magnífico chalet para un matrimonio extranjero.

Mari y su marido explotan este lugar que antes fué también un animado bar de copas con las mejores vistas de Cullera desde lo alto de la montaña.

Clóchinas, surtido de ahumados, cigalas, bravas, tellinas, sepia, y algún plato más, es la reducida carta de que disponen, de postre sólo helados, pero todo muy

Había ido varias veces pero esta ha sido la última. Tuvimos que cenar dentro porque al reservar estaba la terraza completa. La sorpresa es que al llegar nos ofrecieron cenar fuera (después comprendí porque) hacia mucho aire y querían reservar el salón por si las reservas de fuera pedían cenar dentro. Dijimos que no ya que teníamos la reserva y nos pusieran en una mesa debajo de la máquina de café que despedia calor.

Pedimos mover un poco la mesa, ya que al lado había sitio sin mesas y nos dijeron que iba a poner mesas ahí. En principio pensábamos que se iba a llenar todo por eso aceptamos cenar donde nos colocaron. Según avanzábamos la cena empezamos a sospechar que nos habían fastidiado en el peor sitio para nada. Solo se llenaron 3 mesas en el salón y nosotros en un rincón, sin disfrutar de las vistas y soportando el calor y el ruido de la cafetera. Al pagar se lo explicamos a Mari, la dueña y otra sorpresa... ni disculpas, ni reconocer su mala gestión, ni un detalle como hubiera sido un chupito... nada de nada. Una cuenta de 84 euros para dos personas, creo que merece un trato un poco mejor. A pesar de haber ido varias veces, no somos merecedores del trato que Mari proporciona a sus amigos. Ya que eso parece un restaurante para amigos, hemos decidido que como no somos considerados así, no volveremos por allí.

El sitio tiene unas excelentes vistas de toda la bahía,hay que reservar con tiempo o no hay mesa por lo menos en verano que esta a tope,es un restaurante con excelentes tapas :sepia súper tierna, Clochinas, almejas con tomate,gambas plancha,cigalas cocidas,ahumados y algún plato mas, un ambiente muy tranquilo e informal pero Mari la dueña muy atenta y su marido en la cocina se sale, todos los platos de muy buena calidad y un precio muy bueno.importante ir en coche porque esta lejos andando y llevar efectivo porque no admiten tarjetas!!totalmente recomendable!

La atención muy buena, la comida rica y el precio un pelín alto.