Restaurante Carmelita
Este restaurante ya lo llevaba en la recámara antes de llegar a la bellísima Praga, y no quería dejar de visitarlo habida cuenta de las críticas bastante buenas que tenía en varios foros.
Se trata de una pizzería con un servicio rápido y eficaz, un ambiente acogedor y una oferta gastronómica realmente sencilla pero sabrosa. Las pizzas, como la Carmelita, son enormes y crujientes sin mezclar demasiados sabores ni condimentos, las ensaladas espectaculares, en especial la ensalada de Involtini de pollo. En cuanto a los precios, por ejemplo, cuatro jarras de cerveza. una pizza, y una ensalada sumaron 500 coronas, unos 23 euros, precio más que aceptable.