Me lo dijo un taxista
Puente de Diciembre. Oporto, Portugal. Mal tiempo. Lluvia, viento y grandes olas de un oceáno inabarcable golpean la ciudad. ¡Y nos entra hambre!
Pensamos en plantarnos en la zona de los restaurantes turísticos, enfrente de las bodegas. El estómago nos puede tanto que paramos a un taxi como si fuera el último vehículo de la ciudad y estuviéramos escapando de una manada de zombies. Resultado: Un taxista muy majo nos echa la bronca por tener prisas. Que si su ciudad es preciosa, que si mirad esa catedral patriomonio de la humanidad, que si rendid pleitesía a aquel puente construido por Eiffel, que sialucinad con aquel otro puente inaugurado por Salazar y Franco (dos amigos muy cabrones, según sus palabras)...