Descubrimos este restaurante por...
Descubrimos este restaurante por casualidad, ya que íbamos por recomendación de unos familiares a Casa Fito, que también tiene buena fama. Bueno, para ser sinceros es un bar-restaurante sencillito, al que l da el encanto el entorno, lo bueno que está su cocido y la amabilidad de su dueño.
Llegamos muy tarde, casi a las 16 h y al preguntar al dueño si podía prepararnos algo para comer, nos dijo que ningún problema si queríamos comer del cocido montañés del día. Problema?? Ninguno! Íbamos 4 personas y nos costó terminar toda la fuente decocido que nos puso, oese a que estaba bueníiiiiisimo.
Además para postre, pedimos uno cada uno y tuvo el detalle de regalarnos uno más para que, así probásemos todos los postres caseros: Tarta de queso, mousse de limón, mousse de chocolate, flan de café y arroz con leche.
Acompañando la comida con una botella de vino y dos botellas de agua y pidiendo cafés y chupitos al final, la comida no llegó a los 40 € entre los cuatro. Un precio muy pequeño para una comida y un recuerdo tan buenos!!
No puedo dejar de recomendaros que si coméis en Casa Enrique, aprovechéis para bajar la comida dando un paseo por la reserva del Saja Besaya.


