La capilla sitian de los chuletones.
Así nos lo descubrieron los tolosarras cuando nos lo recomendaron. Sin duda es su plato estrella, lleno de tanta historia y tradición como el propio restaurante, que entre luz tenue y con un ambiente tremendamente casero y acogedor permite disfrutarlo al máximo.
La propia brasa también tiene su historia y diseño, mezclando el fuego con un efecto horno que ayuda al producto de primerísima calidad para que te vayas chupándote los dedos.