Restaurante Casa Rivera

Tres generaciones ya de la familia Rivera a lo largo de 55 años en el Centro de Ferrol as un paso del Ayuntamiento.En una ciudad azotada a lo largo de los años por las crisis económicas,la pervivencia de este negocio es muy significativa.Todo se condimenta con mimo a partir de ingredientes de gran calidad siendo el resultado final excelente y a una relación calidad precio insuperable.Suculentos platos de cuchara : caldo gallego, callos a la gallega, fabada asturiana, sopa.Deliciosas carnes : milanesa de ternera, chuletón a la piedra,fantásticas ternera asada o guisada, riquísima la zorza (lomo de cerdo adobado).Algunos pescados (merluza y rape) igualmente excelente.Entrantes "para chuparse los dedos" : croquetas caseras, chipirones,calamares, almejas a la marinera..Capítulo aparte las zamburiñas en salsa y el pulpo, ambos alcanzan lo excelso.

Reservamos mesa para 3 por teléfono, el dueño nos confirmó que había pescados variados, y que ese día en concreto tendrían bonito en salsa.

Llegamos a buena hora, a las 13.45, como estaba convenido. Tras consultar la carta pedimos diferentes platos de pescado (el bonito no aparecía ni la camarera lo ofreció). Tras hacer el pedido, la camarera dijo que tenía que preguntar si había lo que queríamos. Al rato volvió diciendo que el único pescado que había era el bonito en salsa, dos de nosotros lo encargamos. Largo rato después regresó diciendo que en realidad no había NADA de pescado, sólo carne.

Voy mucho a cenar con mis amigos por este sitio y primeramente decir que lo de las empanadas variadas no es correcto, allí nunca he visto que las tengan...
Los platos son abundantes en comida y a muy buen precio, a mi personalmente me encanta el raxo de este sitio, no conozco de otro sitio que lo hagan con esa salsa que está para chuparse los dedos. Mis amigos son mas de comer zamburiñas, lomo adobado o bacalao (yo es que no soy tanto de comer pescado...).
En cuanto al personal siempre nos trataron bien, solo en una ocasión hubo una equivocación con el plato que pedimos y el dueño nos lo trato de compensar invitandonos al café y al chupito, me pareció un gesto amable por su parte y una equivocación la tiene cualquiera, sobre todo en un local con tanta gente.