Casa Vicent

Mientras paseabamos por Peñiscola vimos a lo alto un restaurante con una increíble terraza protegida del insufible calor de julio. Aunque tuvimos que subir por las calles nos mereció la pena.

Ibamos un grupo de siete personas de las cuales tres son pequeñas (por lo que buscabamos algo casero) y disfrutamos muchísimo de la atención, de la comida (hicimos una selección para poder picar de todo un poco) y de las vistas. La fideuá de muerte, el vinito rosado fresquísimo, de categoría, los arroces en su punto y la variedad de tapas y entrantes muy correcto.

Después, tomar un cafecito y dejarte mimar por el viento que entrar desde la playa es una delicia.

Después de leer varias opiniones en la nube decidimos subir a cenar al vicent. No había mucha gente, la camarera tenía muy poca información de los platos a recomendar, queríamos probar las almejas a la marinera...no había, eso puede pasar en el mejor restaurante mala suerte. Mejillones al vapor 6 sobre 10. Navajas 4 sobre 10, cigalas de "peñiscola" según la camarera mejores que las que tenían en carta (15€) las otras (21€) pues....regular 6 sobre 10.Y el postre escaso de variedad flan y crema catalana no tomamos nada de postre,ni café tampoco licores.58 €. Sobre la simpatía y calidad humana no puedo opinar por que solo estuvimos con la camarera que ni fu ni fa.

Este restaurante quizás sea uno de los poquisimos que se salva de la quema del turismo en Peñíscola.

Encontrar un sitio como este después de quince años acudiendo a él puntualmente y que no nos halla defraudado en calidad y precio es todo un logro y alabanza para su cocina.

Aparte de sus típicas paellas y arroces, cabe destacar uno sobre todos "EL ARROZ CALDOSO CON BOGAVANTE". Sencillamente delicioso y en su punto.

Para las entradas tienen donde elegir pero yo destaco entre otras MEJILLONES A LA MARINERA, GAMBAS Y CIGALAS A LA PLANCHA y LAS NAVAJAS.

No reservan mesa excepto para los afortunados como yo que ya nos conocen.