La última vez que estuvimos en París, v...
La última vez que estuvimos en París, visitamos este restaurante por casualidad, tras visitar el Museo d´Orsay y el de la Legión francesa, seguía lloviendo a cántaros, a si que nos acercamos a la plaza de Saint Michel, pero con la que estaba cayendo no apetecia nada quedarse en una terracita, así que entramos en el primer restaurante que vimos, y fue el Chez Clement.
Nos llamó la atención al entrar la decoración, suelos de mármol, arañas de cristal en el techo, mientras pensábamos "que palo nos van a pegar en este sitio tan pijo", el maitre apareció raudo y veloz, no sabíamos si para echarnos por las pintas que llevábamos en shorts y deportivas y calados hasta las cejas o nos iba a invitar amablemente a acomodarnos en la zona de la terraza cubierta, por cierto también bastante agradable, con césped artificial y unas coquetas jardineras...
Pasamos al salón principal y nos acomodó en un lugar muy chulo a mi marido y a mi en un sillón de dos plazas estilo Luis XV, por un momento me sentí Eugenia de Montijo, je.Je y a mi hija en otro individual....
Pedimos 2 menús de adultos compuestos por entrada: Una ensalada de tomate, queso de cabra y albahaca; como plato pricipal: Un bistec con salsa de champiñones y puré de patata y de postre un delicioso brownie; de beber una copa de vino y una cocacola. El menú infantil, consistia en un cuarto de pollo asado con patatas fritas, helado de chocolate y refresco. El precio bastante bien, para ser París 20 € cada menú de adulto y 8.50 el menú de la niña. La calidad de la carne no era extraordinaria pero al estar acompañada de una sabrosa guarnición el plato resultaba apetitoso. Los postres deliciosos, tanto los helados como el brownie bañado de chocolate caliente y helado de vainilla.
Pero como en todos los restaurantes parisinos el único "pero" fue la bebida, escasa con lo cual te ves obligado a pedir de nuevo y claro es donde te pegan el palo, pero como habíamos observado en días anteriores hacer a los parisinos en toda clase de restaurantes, no nos cortamos y pedimos la consabida jarra de agua carraf d´eau, algo que aquí puede parecer algo cutre y más en ciertos restaurantes, pero que allí es lo habitual, debido a su alto precio, tras haber consumido la bebida de nuestro menú.
Chez Clement es una cadena con más de 13 restaurantes en París, y está opinión está basada sobre el del St. Michel.
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