Restaurante Cumaná

Este restaurante ubicado en el Barrio de Recoleta, nos recibe en un espacio donde hay tanta gente como mesas. Están cubiertas con manteles blancos de papel y tienen una canastita con creyones de colores para pintar, escribir o dibujar en el.
El nada armónico arreglo sus paredes, una parte de ladrillo a la vista y otra pintada en dos tonos de naranja y amarillo, la más diversa colección de plantas colgantes y palos de agua, cajones de alambre con botellas azules, grandes damajuanas (algunas llenas de corchos), pinzas, candados, moldes de torta, velas de colores, ristras de ajo, viejos faroles de bronce sin lustre, cazuelas de barro, caracoles enormes, cencerros, campanas y hasta baldecitos de estaño, lo convierten en eso que pretenden mostrar, un trocito de cada provincia en un mismo lugar. Cumaná ofrece una carta con recetas de cocina criolla y regional: Carbonada, locro, tamales, ñoquis de sémola, empanadas de carne, ensaladas servidas en cazuelas de masa cocida, pizzas de campo, calzones con diferentes rellenos, el que comimos nosotras tenía mozzarella, berenjenas, tomate y jamón y era tan grande que compartimos uno entre las dos y dejamos las puntas.

El restaurant de noche es muy oscuro, solo se ilumina la mesa con una vela muy pequeña. No se puede pagar con tarjeta ni débito ni crédito, el pago es solo efectivo. Pedimos pizza y el plato era tan chico que la porción no entraba en él.

Tampoco tiene wifi.

Lugar típico de Recoleta, a una cuadra de calle Santa Fé. Suele estar siempre completo. A la tarde te dan un mate y un termo para tomar como parte de las alternativas de la carta.