Sorprendente
No me esperaba que en la playa (Urbanova para ser exactos) de Alicante, hubiera algo más que el típico chiringuito playero.
El restaurante es sencillamente agradable, sin grandes aspavientos decorativos ni pretensiones, pero acabas encontrándote casi como en el comedor de tu casa, y es que el aire familiar está impregnado en todo.
Comida casera, contemporánea, no pueden faltar buenos arroces alicantinos, el ternasco asado es una delicia... y su bodega es espectacular, sin sorpresas en precios y con más de 500 referencias distintas.
Como además está cerca del aeropuerto de Alicante,