Modesto
Un sorpresa de restaurante y pueblos muy agradable
A unos 19 km de Riaza se encuentra una pedanía llamada El Negredo. En llegando al pueblecito se puede leer en un cartel grande: Restaurante El Encinar. Nos habían hablado por encima de él y mitad curiosidad mitad destino, reservamos para ocho personas. Cordero y cabrito era a por lo que íbamos pero además nos encontramos con unas croquetas caseras y unas judías blancas tiernas cercanas a la gloria. Los asados estaban en su punto; se podía comprobar por la piel crujiente y la carne melosa. Horno de leña, sin duda. Buena mano, desde luego.
Pero todo tiene un pero. En este caso fueron los vinos: poco arriesgados y que no estaban a la altura de la comida. Y se lo dijimos.
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