Como siempre, EXCELENTE!!
Siempre que vengo, la familia propietaria me recibe como si fuera uno de ellos.
Además de ese trato excepcional, una instalación muy cuidada, una terraza de ensueño donde la sidra enfría en el mismo río, y una cocina (casera somedana) de sobresaliente.
Cada año las estancias se me hacen más cortas y las faltas más largas.