ANADEL
Una grata sorpresa
El pobre chico estaba agobiado, aquello estaba a rebosar y no daba a basto el solo, pero con un poco de amabilidad y estando de vacaciones sin prisa alguna todo se soluciona rápido.
Este es un pueblo mínimo de la sierra turolense, ya quedan pocos pueblos como este con restaurante, y este fue una grata sorpresa.
Variedad de platos, ternasco, rabo de toro, pescados, platos de legumbres calientes para aplacar el frío, hasta paellas elabora la buena cocinera que hay tras los fogones, y es que además a ese precio del menú solo toca aplaudir a la pareja, además con un buen vino.
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