Marta Sarasketa Barbara
Pefecto
El local es pequeño pero está bien acondicionado y decorado. El servicio muy bueno, y el sumiller exquisito.
Una de las especialidades es el salmón ahumando, ya que está ahumado por ellos mismos y realmente se lo recomiendo a todo el mundo porque es una de las mayores exquisiteces que he probado en mi vida.
Yo también pedí ijadas de mero, que no soy capaz de describir con palabras pero no creo que tan fácil pueda olvidarlas.
Nos sirvieron una copa de vino distinta según lo que íbamos comiendo, para que tomáramos el caldo que mas se adaptaba a cada sabor e incluso con el postre lo acompañamos de un vino dulce de gran calidad.
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