Pésima relación calidad / precio
En mi opinión, se trata del típico restaurante con fama que se permite el lujo de cobrar precios astronómicos cuando en realidad ofrece una calidad de servicio y de producto deficiente.
Fuimos a almorzar y siento decir que mi primera impresión ya fue mala, cuando el pan que nos trajeron no parecía del día (no estaba crujiente). Fuimos dos personas y pedimos un primero a compartir (Berenjenas fritas rellenas de gambas). El plato estaba salado y las gambas no eran nada de frescas, dejamos la mitad del plato y se lo comentamos al camarero. No hizo comentario alguno..
Después pedimos dos platos principales que fueron simplemente correctos (Carrillada y Presa al Pedro Ximénez). El tiempo de espera entre la entrada y los platos, excesivo. La carta bastante corta, sólo un tipo de ensalada y con platos bastante "previsibles". Me sorprendió que incluyeran en carta "Papas Aliñás" como si un bar de carretera se tratara.
El postre, parecía casero, pero no tenía consistencia y estaba falto de creatividad.
El colmo fue que una de las cucharas de postre estaba muy sucia, tuvimos que llamar al camarero para devolverla y solicitar una nueva. Si a eso le unimos que el café era en cápsulas (tipo Nesspreso"), la sesación final fue desastrosa.
Los baños antiguos, descuidados y sucios.
El precio que pagamos fue de 95 euros (sólo bebimos 3 cervezas, no tomamos vino y sólo tomamos un postre).
En definitiva, nos sentimos defraudados y estafados.... No recomendaría este restaurante a nadie.
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