Excepcional lugar
Pude repetir este verano dos veces en Formentera, me he prendado de sus aguas, y tuve claro volver a Es Caló de San Agustín para comer, pero no a Can Rafalet, sino a este que está unos metros antes y tenía ya localizado.
El servicio super amable, había reservado dos semanas antes una mesa junto a la valla que separa del mar turquesa, cosa imprescindible.
En cuanto a los comensales son italianos en su mayoría y también propietarios de grandes barcos que atracan en las inmediaciones y vienen aquí a comer.
Respecto a la comida recomiendo compartir las ensaladas, son demasiado contundentes para una persona, y originales, con pescado seco las dos, para continuar un arroz de pescado excepcional, y un flan de higos como colofón.