Un lujo esporádico que merece la pena
Este restaurante con 1 estrella michelín es uno de esos sitios en los que merece la pena darse un homenaje al menos una vez en la vida (en especial para los que disfrutan con la comida). Además de sus vistas privilegiadas y el excelente asesoramiento del maitre, se puede disfrutar de una explosión de sabores en toda regla. En nuestro caso, para dos personas, compartimos: lasaña de anchoas (lo mejor), carpaccio de cigalas, merluza rebozada con pimientos y mollejas con salsa de hongos. Para beber un Ochoa reserva de 2005.
Espero tener la suerte de volver algún día!
PD: esta experiencia está subida desde la propia mesa del restaurante con el iPad que te dejan ellos para consultar la carta, las opiniones de los platos, compartir las experiencias en las redes sociales...