Restaurante Figón Zute el Mayor

¿Te imaginas llegar a un restaurante y que a los 7 minutos de haberte sentado tengas una fuente de barro en la mesa con un magnífico cordero para dos esperando, sin siquiera haber pedido? Pues bien, el Figón Zute El Mayor no tiene nada más en la carte, así que no hacen ni que te molestes en pedir.

El sitio está enclavado en los soportales de la Plaza Mayor de Sepúlveda. Ese es precísamente el punto de "encanto" que ofrece el restaurante, el encanto. Porque su interior es absolútamente normal. Llegas (tras haber pedido mesa el día anterior, por supuesto), te sientan, te preguntan qué deseas beber (en nuestro caso cerveza) y a los 5 minutos uno de los camareros aparecer con la fuente de cordero. Ella me mira, yo la miro, los dos pensamos lo mismo. ¿Hemos pedido? ¿Nos han traído la carta? Rápidamente caemos, en este restaurante no hay carta, este es el templo de cordero, son los mejores, lo saben y no se andan con tonterías, jaja... Ah, bueno, detalle importante. Otros dos platos acompañan la mesa sin haberlos pedido, tampoco. Una cesta con un pan de pueblo que te hará soñar los días posteriores y una ensalada con una lechuga y un tomate de esas que te invitan a reflexionar: "por qué no me saldrán a mi tan bien...???".

Sepúlveda es una localidad que merece ser visitada por muchas razones. Una de ellas, su gastronomía. De hecho, hay un buen puñado de asadores en cada esquina.

Pero uno de los más conocidos, de esos que hacen que la gente vaya al pueblo sólo para ir a comer a él, es Zute el mayor. Un verdadero clásico de la cocina local y, seguramente, el sitio donde he tomado el mejor cordero asado de mi vida.

No esperes grandes lujos. No es a lo que uno va allí. Allí vas a sentarte, a que te sirvan la ensaladita de la casa, una botella de vino y... Un cordero de escándalo. Te lo traen en su cazuela de barro, te lo despedazan delante de ti y en un momentito lo tienes en tu plato dispuesto a que nada más trinches el tenedor se te derrita. Porque su textura es alucinante.

Sin duda si uno quiere comer un magnifico cordero asado tiene una visita obligada a los pueblos de la geografía castellana, y sin duda uno de los rincones más valorados para este menester es Sepúlveda en Segovia. Yo llevo acudiendo toda mi vida a este mesón 2 veces al año por lo menos, ya que mi padre es un enamorado del sitio y no le falta razón: El figón de Tinin (de la plaza) es famoso por la calidad de sus corderos y el ambiente entre clásico y turístico de la zona.

Fantástica comida en este restaurante. Al llegar te preguntan por la bebida e imediatamente te traen una ensalada y el pan. Poco después una fuente de barro con un cuarto de lechazo con una pinta extraordinaria. De los mejores corderos que he comido, bárbaro.

Muy buena relación calidad-precio.

Después de la comida un paseo hasta la ermita de San Frutos para disfrutar del paisaje y de los buitres, una experiencia única.

Muy recomendable tanto el pueblo, como su entorno, como la comida. Volveré seguro.