Carlos Olmo
Abel y Olga convirtieron un bar de...
Abel y Olga convirtieron un bar de barrio en un pequeño restaurante de alta cocina en plena zona franca, con materias primas de gran calidad y una cocina de primera, sencilamente extraordinario el steak tartare, que sólo tomo en lugares de confianza, y recomendable el mini filete con foie al vino de Oporto, lo unos calamares de Arenys salteados, y el arroz cremoso. Tiene una buena carta de vinos, y el precio va en consonancia con la calidad, sin menú de mediodía, así que comer 2 platos no bajará de 30-40€.
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