Arte en el plato
Como su nombre indica, el Restaurante Guggenheim se encuentra dentro del museo del mismo nombre, lo que ya de por sí es garantía de calidad.
Se trata de un restaurante de cocina creativa, pero con una base muy tradicional, lo que hace que los ingredientes que componen sus platos sean fácilmente reconocibles por nuestro paladar, sin demasiadas florituras, más que en la maravillosa presentación.
El mejor ejemplo de ello lo encontramos en el "huevo a baja temperatura" que tuve el gusto de probar la semana pasada: ni más ni menos que un simple huevo sobre una ligera base de puré de patata, que posteriormente es rociado con una sopa de cebolla roja a gusto del comensal. O como el propio camarero nos explicaría: una tortilla de patata en tres fases. Como digo, la idea, de lo más simple; el resultado: extraordinario.