Según llegamos nos impresionó el local. Súper chulo, frente al mar, muy amplio y la comida genial. Me flipó la dorada a la plancha y los "bricks" que para que os hagáis una idea son unas empanadillas con una corteza muy fina de maiz y que rellenan con queso, atún, huevo o incluso carne. Deliciosas.
No se si es porque fue nuestra primera experiencia con la comida tunecia, pero la sorpresa nos encantó.a todos. Desde el brik con atún (una especie de empanadilla ríquisima), Ojja (que vendría a ser un pixto con gambas), la adictiva salsa picante harissa y una dorada a la brasa para completar. El local además es una maravilla, con vistas a un velero de madera y el mar.
Bonito restaurante aparcado junto a un cuidado barco de madera. Tanto en la enorme terraza de fuera como en el fresquito restaurante de dentro cualquier comida se hace agradable. Ideal para un almuerzo tranquilo con sobremesa.
A nivel culinario nada que objetar. La harissa no tan picante como de costumbre (algo que agradecerán muchos estómagos europeos), el brick de huevo y atun crujiente y suavecito, y la dorada, ¡ay la dorada! Como recién pescada (o por lo menos para chuparse los dedos).
NOTA: Para los adictos a Internet buenas noticias. Hay WIFI y funciona bien.
