Excelente restaurante de comida casera, a destacar los Judíones, ropa vieja, verduras de la propia huerta, chuleton etc, postres caseros especial el mus de limón, leche frita, arroz con leche. Vinos ricos naturales, Riojas varios, excelente Villarrica Crianza 2007, 2008.
Un restaurante familiar al lado de la estación de tren, que sirve estupendos bocatas de panceta, y si queremos comer a la carta, unas judías pintas que están de muerte, además de cordero, un delicioso pollo asado y otras carnes, e incluso una buena variedad de pescados, a destacar los boquerones.
Muy buen servicio y atención por parte del camarero. Nos salió por 45€ 2 personas, 1 sopa de cocido cada uno, un entrecotte, alcachofas con jamón y un café, todo ello muy recomendable.
Un trato familiar, comida casera de verdad, sin duda volveremos!!!
