Si no quieres intoxicarte, no vayas.
Quién nos mandaría pararnos a comer ahí. Empecemos por hablar del servicio, que es pésimo: había una sola camarera para las mesas del bar como para las de la terraza, unas 15 mesas en total. Había que llamarla cada vez que queríamos algo, incluso para avisarla de habíamos acabado para que nos sirviera el siguiente plato, ya que no se pasaba por las mesas absolutamente para nada. ¿Atención al cliente? ¿Qué es eso? Iba corriendo la pobre de un lado a otro con los platos.
¿A quién se le ocurre en el propio sábado de Semana Santa tener una sola camarera? Por otro lado, hablar sobre la comida: las cuatro hemos estado con un cuadro horrible de diarrea durante varios días, algunas hasta con nauseas.