Fernandoo
Situación inmejorable
Parece hasta otro monumento más que visitar en Helsinki, pero el bello edificio que nos encontramos no es otra cosa que uno de los restaurantes más destacados de la ciudad de Helsinki. Y no podría tener una ubicación mejor que al lado de la Plaza del Mercado, en la alameda que hay a escasos metros de allí. Es otro de los restaurantes que los escritores y gentes de la cultura finlandesa eligieron para sus comidas y cenas. Y no es de extrañar, pues parece un pequeño palacio. Desde fuera destaca su fachada clásica y acristalada, su amplia terraza y las cristaleras. Y su interior también desprende un aroma clásico muy bien cuidado y adaptado.
Cuenta con una amplia carta en la que uno puede elegir entre numerosos platos y diferentes tipos de menú, todo con un marcado acento finlandés y con platos típicos del país. Todos, muy bien elaborados y presentados. Y de gran calidad.Es hasta difícil elegir. La atención y el servicio, además, son muy muy buenos.
Tiene, además del restaurante, una zona de bar en la que poder tomar copas por la noche escuchando jazz, una bodega para comidas más íntimas y la terraza exterior, muy amplia y agradable cuando llega el buen tiempo.
Sobre los precios, la verdad es que para ser un restaurante de calidad en Helsinki no son nada excesivos, aunque tampoco penséis que es baratísimo... Una de las veces que estuve tomé el pollo con queso de cabra a la plancha, aceite balsámico, verduras de temporada y salsa de tomate y, más que un plato, parecía una obra de arte, uno no sabía por donde empezar para no desmontarlo todo. Este plato, por ejemplo, eran 20 euros.
Junto a todo lo que ofrece este local, también tiene una pequeña zona más tipo self-service bastante curiosa.
Un restaurante este con mucha historia a sus espaldas (se fundó en 1867) que merece la pena una comida o una cena. O, al menos, un café en su terraza, pero hay que visitarlo, ya que está prácticamente pegado a las principales "atracciones" que ofrece la capital finlandesa.
Tiene, además del restaurante, una zona de bar en la que poder tomar copas por la noche escuchando jazz, una bodega para comidas más íntimas y la terraza exterior, muy amplia y agradable cuando llega el buen tiempo.
Sobre los precios, la verdad es que para ser un restaurante de calidad en Helsinki no son nada excesivos, aunque tampoco penséis que es baratísimo... Una de las veces que estuve tomé el pollo con queso de cabra a la plancha, aceite balsámico, verduras de temporada y salsa de tomate y, más que un plato, parecía una obra de arte, uno no sabía por donde empezar para no desmontarlo todo. Este plato, por ejemplo, eran 20 euros.
Junto a todo lo que ofrece este local, también tiene una pequeña zona más tipo self-service bastante curiosa.
Un restaurante este con mucha historia a sus espaldas (se fundó en 1867) que merece la pena una comida o una cena. O, al menos, un café en su terraza, pero hay que visitarlo, ya que está prácticamente pegado a las principales "atracciones" que ofrece la capital finlandesa.
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