Situado en la ciudad de Albacete ofrece las delicias de la cocina típica italiana. Allí pueden degustarse las especialidades de la casa tales como: funghi di bosco, setas y champiñón en setas de gorgonzola, fritata: queso frito con salsa frambuesa, en carnes paletilla de lechal, en pescados Lubina y dorada al cartoccio y de postre tiramisú.
Para empezar, decir que es el restaurante italiano con la carta más extensa que he visto en cuanto a platos no italianos; por supuesto también italianos. Nosotros cenamos con unos entrantes de gambas e ibéricos y seguimos con unas lubinas (sal y espalda). La gente joven se dedicó a pizza y pasta. En cuanto a postres, probamos mousse, brownie, crep y tiramisú. Todo estuvo francamente bueno. El local tiene su encanto en cuanto a la decoración y el servicio muy atento y amable. Buena relación precio-calidad. Hacía tiempo que no íbamos, pero repetiremos pronto.
La camarera fue muy agradable desde el primer momento y cuando nos encontramos que la carta entera normal es la misma que sin gluten nuestras expectativas aumentaron al momento, la comida deliciosa y no es cara, el trato magnífico, nos sobró comida que nos guardaron en una caja de pizza con recomendación de cómo comerla mejor.
Un 10. Si Albacete nos vuelve a pillar de paso en algún viaje, nos pasaremos sin dudarlo.
Uno de los mejores restaurantes en los que he comido, buena comida y económico. Y sobre todo el trato del personal fue excelente.
