Oda a la originalidad de la tapa
Es curioso que siendo un sitio tan híperrecomendado en la atmósfera tricantina solo haya ido una vez y ni siquiera a comer/cenar sino simplemente a tomar una tapa. Pero nos gustó tanto que lo hemos apuntado como pendiente. Será cuando haga buen tiempo porque tienen unas instalaciones y terraza más que majas.
Hasta entonces, por partes: la Hípica de Tres Cantos no está en la propia ciudad sino en ese complicado reducto que es Soto de Viñuelas, la urbanización de lujo a las afueras con, al parecer, problemas respecto a su identidad, impuestos y servicios (estoy llegando a leer en foros alguna reivindicación de independencia). Quizá esta situación apartada es la causa de que no haya ido más. El caso, decía, es que haciendo la ruta de las tapas de Tres Cantos decidimos acercarnos y salimos sorprendidos para más que bien.