Txema León
Una deliciosa cena en un lugar sorprendete
Tras un rato en el coche, llegamos a La Puerta de Arrobio a horas muy de cenar.
La verdad es que llevábamos un día de bastante fresco y nuestro coche no estaba muy por la labor de poner la calefacción a funcionar, así que pedimos una sopita de primero que nos puso el cuerpo a tono, y seguimos con dos recomendaciones del dueño: Cebollas rellenas de pollo y setas. Dos platos sorprendentes no sólo por su sabor.
Lo cierto es que éste restaurante no derrocha en florituras, no es el típico restaurante de aspecto fino y decoración refinada hasta el más mínimo detalle, sino que la exquisitez está exactamente donde debe estar: en la cocina, y en los platos.
Y lo cierto es que las recomendaciones de Luis, el dueño de éste restaurante y del hotel donde dormiríamos aquella noche, fueron más que acertadas. Queríamos una cena no demasiado pesada ya que habíamos comido bastante tarde, pero nos entró curiosidad por éstos platos y sinceramente estaban buenos, buenos.
Los postres también son curiosos, nosotros nos decantamos por un arroz con leche con caramelo y una tarta de arroz con leche con chocolate por encima, que estaban tan buenas como suenan al leerlas.
En mi opinión, uno de esos lugares curiosos de los que sales contento por lo bueno de la comida y por la sorpresa de encontrarte un menú tan especial en un lugar que tiene una apariencia bastante sencilla.
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